jueves, 9 de octubre de 2008

Libro: Blue planet in green shackles

Como bien decía Tomàs Molina en su libro(TBB), el cambio climático(Wiki), es decir, el hecho de que el clima cambia a lo largo del tiempo, es un hecho innegable, que le pregunten a los mamuts(Wiki), en cambio, el calentamiento global(Wiki) sobre el que tanto se habla y escribe, es un tema sobre el que mucho se puede discutir...

Me picó la curiosidad saber que Václav Klaus(Wiki), un político, se haya decidido a explicarnos una posición tan políticamente incorrecta(Wiki) como la que argumenta en su libro, Blue planet in green shackles. Tanto que me lo compré en Amazon.com y lo he leído en inglés.



Después de leerlo, empresa bastante sencilla gracias a sus 100 páginas de texto, sí que me quedan muchas cosas en la cabeza sobre las que pensar, y la sensación de que en el mundo hay muchos más bordes sueltos de lo que yo pensaba, siendo Václav uno de ellos.

Seguiré con mi intención de recordar las principales ideas de los libros que voy leyendo en este blog, para cuando me falle la memoria, y esta vez me costará ser borde con el autor, ya que tanto él como las frases que cita de otros autores son ya bastante bordes y difíciles de superar.

El autor es especialmente crítico con los environmentalists, traducido con más o menos fortuna, los expertos en medio ambiente o ecologistas. No voy a entrar en detalle sobre mi opinión particular al respecto, pero sí en las cuestiones sobre las que al autor nos quiere hacer pensar. Mi favorita es una cita de Michael Crichton, que dice más o menos:

El mayor reto actual para la humanidad es el reto de distinguir realidad de fantasía y verdad de propaganda. Percibir la verdad ha sido siempre un reto para la humanidad, pero en la era de la información (o como yo pienso de ella, de la desinformación), es algo cada vez más urgente e importante.

Estoy muy de acuerdo con esta frase, ¿quién no ha leido un bulo por internet, ha recibido un e-mail con información falsa que ha estado a punto de creerse o ha leído el blog de un borde y se ha dejado engañar sobre algún tema por él? Recordemos que una de las primeras tareas del día para muchos de nosotros es borrar el correo basura que intenta desinformarnos, engañarnos, timarnos o hacernos fantasear.

Pero la que más me ha hecho pensar es una que dice, aproximadamente:

Cuando un científico es conocedor de que sus investigaciones pueden tener consecuencias políticas, sería ético que manifestara públicamente sus ideas políticas.
Creo que es algo mucho más complejo y profundo de lo que parece a simple vista. Los artistas por ejemplo suelen hacerlo, es obvio que ellos, intencionadamente o no, pueden influir a muchos de sus seguidores a través de las letras de sus canciones o los guiones de sus películas. Por activa y por pasiva, estos individuos suelen manifestar claramente cuáles son sus preferencias políticas, claramente alineadas con los partidos que más alegremente subvencionan sus productos cuando el público no los consume. Pero por ejemplo los científicos que defienden la necesidad de actuar de inmediato para prevenir el calentamiento global no suelen expresar sus afinidades políticas, cuando sus predicciones, estudios y recomendaciones claramente influyen políticamente.

También da bastante caña a los científicos cuando habla de su monopsonio(RAE). Esta vez sí que habéis pulsado el link, ¿no? Porque si alguien conocía la palabra, ¡se acaba de convertir en mi ídolo! Como iba diciendo, esa situación de monopsonio, en la que los únicos cliente de los expertos en medio ambiente son los gobernantes, es posible que condicione su trabajo hasta tal punto que sus resultados sean casi siempre los que su único cliente quiere obtener.

Obviamente los políticos no se libran de la sutil ironía del autor del libro. Como ya comenté en el post sobre el libro El año que mi abuelo vio llover(TBB), veo que hay más gente, por ejemplo Václav, que piensa que lo que nos dicen los políticos, que es básicamente que debemos tomar medidas drásticas que ayudaran algo a mitigar el cambio climático, es algo demasiado vago como para que nos resulte motivante.

La frase más borde creo que es ésta:

El fin de la edad de piedra no llegó porque se acabaron las piedras. El fin de la edad del hierro no llegó porque se agotó el hierro. Y el fin de la edad del bronce, obviamente, no llegó después de que los hombres primitivos acabaran con las reservas de bronce del planeta.

Con esa ironía nos quiere hacer pensar si realmente pensamos que el posible agotamiento de las fuentes de energía actuales, por ejemplo el petróleo, supondrá el fin de la humanidad, o si en cambio el ser humano, motivado por la escasez y el consiguiente aumento de precios en un mercado basado en la oferta y la demansa, encontrará otra manera de seguir creciendo y disfrutando de cada vez más bienestar.

Esta frase borde resume muy bien el mensaje del amigo Václav; el hombre evoluciona y se adapta al mundo que le rodea y consigue más bienestar, esperanza de vida y comodidades, siempre que una minoría de hombres, concretamente los políticos, no se lo impidan. Y la segunda parte del mensaje es otra idea que, expresada con mis palabras, más o menos dice:

Antes de tomar medidas drásticas, debemos conocer con la mayor exactitud posible cuál es la influencia del hombre y cuál la de la naturaleza en este ínfimo calentamiento global que se está detectando (durante un periodo de tiempo muy corto y por tanto, con una muestra no necesariamente representativa de una tendencia a largo plazo). Sabiendo esto, podemos decidir si hay que tomar medidas drásticas sobre el comportamiento del hombre o si el hombre debe aprender a adaptarse a este cambio. Y sobretodo, decidir en cuál de las dos opciones nos gastamos el dinero...
Si el cambio es inevitable, ya podemos empezar a pensar cómo repoblar o cultivar toda Siberia, que seguramente se podría convertir en el nuevo granero del planeta una vez calentado un poquito. Y por supuesto, el cambio que se produzca no será de la noche a la mañana, así que el autor confía que el hombre, si se le dan (o no se le quitan) los medios que necesita, sabrá sacarle provecho.

Y aún siendo escéptico con la idea de que el calentamiento global está causado directamente por el hombre, Václav está de acuerdo conmigo y con Tomàs Molina en que todos deberíamos tomar medidas para racionalizar el uso que hacemos de nuestros recursos. Me encantó este ejemplo:

Estando en Japón, visité un pueblo con unas fuentes de agua mineral buenísima. A la mañana siguiente, en el hotel en el que me alojaba, me sirvieron una botella de Evian. No quiero pensar cuánto cuesta trasladar el agua Evian de Francia en una pesada botella de cristal, y sinceramente, la del pueblecito japonés estaba mucho más buena.
Esta triste anécdota es un buen ejemplo de medidas que deberíamos tomar todos. Uso más racional del transporte público (y por lo tanto, mejora de éste, otro trabajo para los políticos), consumo de productos locales, vehículos particulares más pequeños y de consumo limitado, etc.

Y para acabar, que creo que ya me estoy pasando, otra frase bien borde.

Al parecer, la Tierra se está calentando, pero resulta que Marte, Júpiter, Saturno y hasta Plutón también se están calentando. Si eso es realmente cierto, no hace falta escribir este libro, sólo con repetir esta última frase durante 100 páginas se podría transmitir el mismo mensaje.
 

1 comentario:

IZydro dijo...

Hace unos días que el libro está a la venta en España, en español se llama "Planeta azul (no verde)". Me gusta mucho más el título inglés, pero qué se le va a hacer, en este país se acostumbra a faltar el respeto al autor original y cambiar los títulos de libros y películas por las buenas...

Me ha gustado leer algún comentario que casi coincide al 100% con cosas que escribí en el post hace casi un mes, como lo de un político que no es políticamente correcto.

Planeta azul (no verde)
Por Gabriel Calzada